04 LA CABAÑA
LA CUIDADORA DE GANSOS
ESCENA 2ª
Acto3º
La cabaña
(La cuidadora de gansos se dispone a dar de comer a sus gansos, cuando oye los gritos de “El cardenala” en la cabaña. Le encuentra tirado en el suelo, medio desnudo con las piernas sangrantes picoteado por los gansos y dando alaridos)
.- Eminencia, Eminencia……
Espanta a los gansos fuera de la cabaña y con movimientos decidido prepara una jofaina con agua a la que le añade esencias y comienza a lavar suavemente las heridas , mientras le dice dulcemente.
.- Yo le cuidare, yo le cuidare debió avisarme que iba a venir mis gansos son muy fieros, hoy ha tenido suerte pero otro día…….Oh Eminencia, Eminencia…..
La expresión de “El Cardenala” va cambiando de la ira a una mueca de placer, sus ojos empiezan a entornarse …..
La cuidadora de gansos comienza a aplicarle una pomada mientras le masajea suavemente las piernas.
10 DIÁLOGOS:
(Piensa adentro el Prelado)
Para que me habrá llamado?
Tenía algo que decirme?
…o quería entretenerme?
( Masaje al Cardenala I )
Vine porque me llamaste.
Mucho os agradezco siempre,
diariamente el huevo en fiambre.
Vine así a visitarte.
Dime en que puedo servirte y
sube tus dedos de orfebre…
tengo en la entrepierna fiebre.
Habla ya que quiero oírte…
…
…y acaricia a los polluelos…
(El elixir Cardenal
casi brota ya al cielo)
…
(Alto el árbol seminal,
la mano acrece el consuelo,
están cerca del final)
(Se escucha un canto lejano)
(Manan en la cuidadora
de entre el musgo tierno
las voces del Hondo Averno)
Dulce niña encantadora,
uno como el de la mano
pronto gozarás ufano.
UNAS NOVICIAS QUE REGOGEN FLORES EN LAS INMEDIACIONES DE LA CABAÑA SE ASOMAN ATRAIDAS POR LOS GEMIDOS QUE DE ADENTRO BROTAN
PERO DIOS MÍO ¿QUÉ ESTO? NO ACIERTAN A COMPRENDER LA ESCENA : LA DULCE PASTORA ARRODILLADA . EL/LA CARDENOLA CON LA PURPURA SOTANA ARREMANGADA . EL DESCOMUNAL Y COMPUESTO SEXO A PUNTO DE ESTALLAR Y ASÍ EXPUESTO EN TODO SU ESPLENDOR.
CON LAS PÁLIDAS MANOS NO ALCANZAN A TAPARSE LOS OJOS DE UN AZUL PROFUNDO.
Pobre niña, hasta el mismo cardenala le tiene puesto los ojos y otras presas de su cuerpo a esta muchachita que nada más venía al castillo a cumplir con su trabajo.
El rey habrá de enterarse de las degenraciones de la La Cardenala.
Aquí parece que no se salvará nadie.
Se incendian los teclados, los ordenadores, las alas de palacio...
Por eso fue buena idea la mía de escapar lejos, muy lejos con mi criada de confianza. Y tal vez pueda liberar al caballero de la Rosa y partir con él a un mundo de placeres y éxtasis.
Lo único que pido si eso ocurre es que el caballero de la Rosa no sea machista ni celoso... ¿Será mucho pedir?
(El Cardenala, suspirando)
¿No me dices nada?
Descubre el Cardenala
a las pálidas novicias
y muy subrepticiamente
las despide con un gesto
de su dedo del anillo)
(El par de novicias sigue
silenciosa su camino
enfilando hacia el castillo)
(De los gansos ni un murmullo)
(La Cuidadora absorta
e inmersa en los cuidados
da masaje a los polluelos
baña al niño en ungüento
y lo acuna dulcemente)
(Vuelve a correr un viento frío que alborota a los gansos, el Cardenala no oye nada)
(la cuidadora de gansos violentada por las exigencias de el Cardenala se da cuenta que no es de fiar y por nada del mundo le revelaría el verdadero motivo por el que ha llegado a este castillo.)
.- Eminencia es la cocienera me obliga a hacer cosas espantosas que yo no creo que tenga que hacer, y por las noches.....
(Gruesos lagrimones caen de sus mejillas, no por la cocinera si no por lo sordido que le resulta todolo que esta sucediendo tan lejos de sus sueños )
.....y ese olor infernal de su boca que se empeña en acercar a la mia.......
(un viento frio y un escalofrio recorren su espalda, al mismo tiempo que oye el ulular del vampiro y la agitación de sus gansos)
(El Cardenala)
(Pierde el interés,
se arregla el birrete
y el capelo)
¡Bueno!
(Suspira)
Gracias por la curación,
debeís obedecer
a la cocinera en todo
pero mantenedme informado.
Adiós.
(Extiende el anillo,
la bendice y sale)
(Piensa al caminar)
Extraña niña,
primero me cita
para decirme algo,
luego me incita
y al final
no dice nada
ni culmina...
Rara la niña...
Rara...
Rara...
…y esas manos,
que vocación
por Dios.
(Se aleja)
(Los gansos, sabios,
no la Molestan).